Reflexiones sobre la Economía del Cuidado como servicio y responsabilidad social
El conversatorio sobre Economía del Cuidado organizado en conjunto por las Secretarías de Género y Relaciones Internacionales de CAM, reunió el lunes pasado a referentes y especialistas en el tema, para dejar planteado un camino a recorrer desde el mutualismo, en alianza estratégica con el cooperativismo. La actividad permitió brindar una mirada sobre un problema que recae principalmente sobre “la población feminizada” y que involucra cuestiones de derechos humanos, laborales y sociales, que, encaradas desde los principios de la Economía Social y Solidaria, podrían encontrar soluciones, centradas en el bienestar de las y los involucrados.
Una audiencia de más de 90 personas de diversos puntos del país como Corrientes, Neuquén, Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Formosa, La pampa, Chubut y San Juan se conectó para escuchar los aportes de Elsa Miori y Blanca Suárez, referencias en materia de prestación de servicios de cuidados desde el cooperativismo y el mutualismo; Jorge Bragulat, quien ahondó en el tema desde una perspectiva teórica de la Economía Social y José Garriga, que abordó cuestiones éticas, de derecho y laborales.
“La esperanza de vida en argentina es de 76,9 años. Pero el promedio de vida con salud es más o menos de 68 años. Hay un lapso de tiempo en el que la persona no goza de plena salud para atenderse a sí misma. Esto nos da una idea automática de la cantidad de personas que necesitan ser cuidadas”, observó Jorge Bragulat, director del Centro de Estudios de la Economía Social y Director de la Maestría en Economía Social Comunitaria y Solidaria de UNTREF.
A pesar de ser una necesidad creciente, no todas las familias tienen acceso a un servicio, por lo que terminan resolviéndolo hacia el interior de las familias, donde el trabajo recae finalmente en la “población feminizada”, según planteó Nora Landart, coordinadora del las Comisiones de Equidad de Género de CAM y anfitriona del encuentro junto a Héctor Acosta, Secretario de Relaciones Internacionales de la Confederación.
Es así que el problema, según dejó planteado José María Garriga, abogado y representante de CAM en las Comisiones Asesoras de Cuidados y Salud del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), debe ser concebido como una “responsabilidad social” y asumido en conjunto por la comunidad, especialmente en un momento en el que la Pandemia “empeora la situación de las familias”.
Garriga planteó también la necesidad de tener en cuenta, al abordar la temática, dimensiones vinculadas a lo legal (considerando las legislaciones locales para la consolidación de registros que regulen y promuevan la profesionalización de la actividad), buscando mecanismos para universalizar el acceso y el derecho de las persona al cuidado, tal y como lo declaró la Organización de Estados Americanos en 2015, pero también respecto del derecho laboral que alcance y proteja a las y los cuidadores que desarrollen la tarea.
De igual manera, la prestación incluye una dimensión ética, que según Garriga se reafirma cuando se asume desde la Economía Social: “El trabajo no solo debe desarrollarse con cariño y responsabilidad. La moral y la ética se cultivan en una cooperativa y mutual y son controladas por la propia entidad”, afirmó.
Sobre las dimensión laboral, desde el punto de vista de la Economía Social y Solidaria aportaron su experiencia Elsa Miori, de la Cooperativa de Cuidadores Domiciliarios de Mar del Plata y Blanca Suárez, quien, además de presidenta de la Asociación Mutual Enfermero Donnet, es Secretaria de Género de CAM.
“Tenemos que tener una visión más amplia. La Economía Social da posibilidades de trabajo digno y nos permite tener características distintas. No somos sector publico ni privado. Somos propiedad conjunta y tenemos principios y valores”, aseguró Elsa Miori.
Según Miori su experiencia partió de una necesidad laboral que fue complejizándose y, a medida que aparecieron necesidades (de seguro, de descanso, de previsión social, etc.) aparecieron respuestas a través de la organización cooperativa.
“Comenzamos a generar fondos propios y especiales para situaciones de salud o prestaciones de emergencia, ya que no somos trabajadores en relación de dependencia”. Para Miori, todo el tiempo aparecen dificultades, pero “los cooperativistas estamos acostrumbrados a trabajar con vientos de cola, abrazados a valores y principios”, expresó y agregó en sus reflexiones finales: “Tenemos que transitar este camino, que hoy es muy angostito, desde la solidaridad y los derechos humanos y articular permanentemente”.
Por su parte Blanca Suárez, recalcó la importancia de que el mutualismo aborde la temática, teniendo en cuenta los valores que motorizan la actividad y la necesidad creciente.“El mutualismo pude estar perfectamente a la altura de la necesidad que hay en nuestro país. Hay mucho por trabajar”, aseveró.
Suárez aportó detalles de la experiencia propia, respecto de los modos de organizar el trabajo en articulación con otras organizaciones para la prestación del servicio y la capacitación permanente.“Ellos siempre cuidaron de ti, es el momento de cuidar de ellos.Estamos invitando a todas las entidades hermanas que analicen la posibilidad de llevar este tema”, señaló.
A la luz de los aportes compartidos, quedó planteada la pregunta y la posibilidad de la creación de alianzas estratégicas entre cooperativas y mutuales para la oferta y la prestación del servicio, teniendo en cuenta, como planteó Jorge Bragulat, que la necesidad ha llevado “a la mercantilización del servicio”, pero existen quienes no pueden acceder al mismo.
En ese sentido aparece la posibilidad: “Las mutuales tienen socios que tienen la necesidad” y esa demanda creciente consolida “una oportunidad de trabajo” para las cooperativas. “Es importante consolidar esto en pos de generar trabajo organizado por nosotros mismos en coordinación con la mutual que tiene iguales principios al cooperativismo”, reflexionó.
Instalar esta temática desde CAM, tiene que ver, según Héctor Acosta “con lo que implica al mutualismo desde siempre: cuidarnos y acompañarnos entre todos”.
Para Nora Landart, se trata también de contribuir “a reducir una de las tantas desigualdades de género”. De ahí la tarea que desde CAM se asume para promover la actividad y su profesionalización.